Entrevista a Carles Viñas

«No creo que la política sea un factor determinante en la aparición de la violencia asociada al fútbol»

Carles Viñas es doctor en Hª Contemporánea por la Universidad de Barcelona. Grupos juveniles como los skinheads y los grupos de seguidores radicales del fútbol han centrado algunas de sus investigaciones. Publica, además de su blog [https://carlesvinyas.wordpress.com], un artículo mensual en Panenka tratando temas que relacionan el mundo del balompié con la política. Porque, como asegura, “el fútbol es el reflejo de la sociedad”.

Carles ViñasA tenor de los artículos que escribe en Panenka y en su blog personal, la relación política-deporte, y especialmente el fútbol, es intensa. ¿Por qué algunos se empeñan en establecer un muro entre ambos?

Todo hecho social es un hecho político, por tanto el fútbol también está vinculado directamente con la política. Otra cosa es querer admitirlo. En las últimas décadas tenemos un sinfín de ejemplos que certifican la intrínseca relación del balompié con la política. Creo innecesario insistir en ello. Quienes intentan desactivar dicha ecuación o la niegan lo hacen por mero interés personal o ideológico, no en base a la realidad. El fútbol es el reflejo de la sociedad.

¿En qué momento la política en el fútbol se torna en violencia? ¿O la violencia existente no tiene nada que ver?

No creo que la política sea el factor que violenta al fútbol. Desde su creación se asoció con prácticas agresivas. Sólo tenemos que recordar la fragmentación que provocó en Inglaterra y conllevó la aparición del rugby. No creo que sea un fenómeno contemporáneo sino algo que podemos enmarcar en el llamado proceso de civilización. Seguramente jugar a fútbol siglos atrás era mucho más peligroso que hacerlo ahora. En cuanto a la violencia en las graderías, el llamado vandalismo moderno tampoco es ninguna novedad ya que existen datos de altercados en partidos desde finales del siglo XIX e inicios del XX. Quizás hoy en día determinados sucesos logran una atención mediática de la que carecían años atrás. Pero no creo que la política sea un factor determinante en la aparición de la violencia asociada al fútbol.

Se ha especulado mucho con la posibilidad de una posible suspensión de la final de Copa del Rey si se silba el himno nacional. ¿Debe inmiscuirse el gobierno en cuestiones de este tipo?

Nos guste más o menos, silbar es una forma de manifestarse, una manera de expresar un estado de ánimo concreto. Quizás antes de idear una estrategia censora seria necesario preguntarse por qué hemos llegado a este extremo, por qué dos aficiones silban un determinado himno. Siempre hay que preguntarse el porqué, las cosas no suceden arbitrariamente ni de forma espontánea. Sobre la idoneidad de que el gobierno se inmiscuya en este tipo de cuestiones creo que no seria una forma inteligente de afrontar dicha polémica. Al contrario, quizás contribuiría más a agravarla.

¿El periodismo deportivo que rodea este tipo de polémicas -final Copa del Rey- transmite reflexiones inteligentes o solo sabe envolverse en la bandera nacional sin pensar en el transfondo del asunto?

Esto no es un hecho aislado. De forma recurrente, salvo honrosas excepciones, el periodismo se sitúa en una barricada militante, usando la jerga bélica que tanto gusta en los medios. No hay prácticamente lugar para la reflexión, para saborear una determinada jugada, un gesto técnico, una historia vinculada con algún club, todo son urgencias en virtud de un loco calendario y la voracidad competitiva de unos medios que pugnan por lograr la hegemonía comunicativa, cuando su principal prioridad tendría que ser informar.

En el momento en que algunos deportistas de reconocido nivel se posicionan en un tema político polémico el periodismo deportivo suele criticar su postura o desligitimar su opinión asegurando que no deberían posicionarse. ¿Se menosprecia de forma gratuita la opinión política de un deportista por el hecho de serlo?

Por desgracia, que un jugador haga pública una determinada opinión en relación con la actualidad política siempre suele comportar la reprimenda de la mayoría de medios y aficionados. Sin embargo, yo soy de los que prefiere que los futbolistas vuelvan a la faz de la tierra, dejen de ser cuerpos extraños que vaguen por la galaxia y se humanicen de nuevo. Si el fútbol es el reflejo de la sociedad no puede estar en los pies de unos jóvenes ausentes. Como ciudadanos tienen el derecho, y me atrevería a decir que el deber, de pronunciarse. Y ello no debería incomodar a nadie, todo lo contrario, seria un ejercicio sano de higienización del deporte. Quizás de esta forma dejaríamos atrás los lastres y prejuicios causados por tantas décadas de silencios en los que cuando un futbolista se significaba a nivel político y social era tratado como una rara avis extravagante.

Sin embargo, muchos deportistas evitan entrar en polémicas de tipo político. ¿Tienen miedo a opinar o esta postura es por respeto hacia las clubes o federaciones que representan?

Es evidente que el riesgo existe y que por ello muchos jugadores obvian publicitar sus ideas u opinar en determinados contextos o sobre sucesos concretos. No creo que expresar una determinada opinión conlleve ser irrespetuoso con el club en el que juegas y te paga. O al menos no tendría que ser así en el siglo XXI. De todas formas los futbolistas, como el resto de la ciudadanía, tienen el derecho de manifestar o no sus opciones. La pregunta ya denota que existen tabúes asociados y la única forma de acabar con ellos seria que los jugadores pudieran opinar, desde el respeto, sobre la realidad social que les rodea. Seria un buen síntoma de normalidad.

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